Un sólo resto de ti es letal


Mi alma se niega a guardarte,
te toma suavemente
y sostiene tus encantos,
los admira un largo instante,
sabe que no le pertenecen,
los deja fluir nuevamente,
aunque presienta que por un momento
fueron sólo de su propiedad,
un regalo celestial
que tras la entrega
se aparta y se va.

Ese silencio que dejas detras es profundo,
a veces temo que nunca has existido
y reciclo un espacio en mi mente,
el espacio que en ocasiones te pertenece,
simplemente desapareces,
no queda huella aparente de ti
ni en el alma ni en la mente.

Pero cuando mi sentir se sobresalta,
apareces de repente,
me inundas y te vuelvo a encontrar,
atándome a tus encantos,
mi alma te acoge una vez más
y es tu nombre el mantra
que despierta mis sentidos,
en un espacio del cual nunca te has ido,
un lugar en llamas que es infierno y cielo,
me destruyes y construyes a la vez,
porque contigo quiero ser y dejar de ser,
no hay junto a ti nada que sea de mi,
sólo ese largo instante
en que no nos pertenecemos
y damos sin medida,
al final recogemos hasta la última migaja,
no queda nada que deba guardarse en el alma,
un sólo resto de ti es letal.

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