Un pinchazo en el corazón

Domingo por la mañana.

- Ya te vas tan temprano.

- Sí, tengo mucho trabajo.

- Ok. Que te vaya bien.

Se rodó sobre la cama y volvió a dormir un rato.

La despertó el frío, estaba completamente desnuda enredada entre sábanas. Pensó en él, así como todos los días, sólo un segundo y se levantó a lavarse los dientes. Se miró en el espejo, el cabello le había quedado abultado; la noche anterior llegó tarde a casa, hacía un calor bochornoso, se dió un baño y después se metió a la cama.

- ¿Me abrazas?

Él la abrazó y ella se quedó dormida, pero toda la noche tuvo extraños sueños. Había sentido calor también, estuvo sudando entre pesadillas, pero esa mañana la había despertado el frío.

Se tomó fotos sin ropa sobre la cama, pensó en darse cariñito a ella misma. Fue por su vibrador y le puso un poco de lubricante sabor fresa. Era raro volver a hacer eso sin pensar en nadie en especial; de repente nada tenía sentido, solo concentrarse en el placer de las sensaciones, excitarse con su propio cuerpo y sus reacciones.

Las luces estaban apagadas, solo una lámpara de noche iluminaba tenuemente la habitación. El vibrador estaba entre sus piernas, clavado en su sexo, las vibraciones eran intermitentes y le brindaban deliciosas oleadas de placer. Prendió la luz y se grabó un poco con el móvil, un clip dirigido para nadie en especial, qué raro se sentía eso.

Pensó en él nuevamente, pero una imagen desagradable se posó en su mente, se la sacudió rápidamente y su mente voló a mil lugares, era difícil concentrarse así, sin ningún objetivo en mente. Imaginó a su amiga, su cara linda y sonrisa sexy; pensó en cómo quería que su esposo la dominara, sintió su propio cuerpo frágil ante el deseo. De repente el vibrador la calentaba más, le subió la potencia y se dejó llevar por ese momento de placer justo antes de explotar.

La sensación se hizo intensa hasta que llegó al orgasmo, en ese momento su pecho se llenó de un sentimiento profundo, un cálido pinchazo en el corazón que poco a poco se fue convirtiendo en un pensamiento: por mucho tiempo había creído estar enamorada de una persona, pero esa persona no existía, solo había sido un invento, un anhelo de sus propias fantasías.


 

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