Entre el siempre y el nunca


Estamos en la misma habitación, cada uno a un extremo del espacio, quisiera acercarme, pero no haría nada para demostrarte lo que siento. Pareces relajado por un momento y te sientas en el sofá, pienso en que quizás te imaginas que podría ir hacia ti y sentarme sobre tus piernas, pero solo me levanto y sigo haciéndote conversación. Pienso si acaso notaste que no llevo ropa interior, o cómo me prende un poco el aroma a incienso que penetra la habitación. Solo pienso, pero es un día normal, nada pasará porque tú no darás el primer paso y yo no haré nada para darte pie a algo más.


Hoy estuve a punto de contarte lo que soñé, siento que decírtelo sería como una confesión, sería entregarte todos mis secretos y dejar mis sentimientos al descubierto, aparecer desnuda ante ti y entregarte lo que he guardado solo para mi durante tanto tiempo. Si supieras las imágenes que se posan tras mis párpados cada que los cierro y ahí te encuentro, casi así como te vi en tu habitación, recostado sobre el sofá, te recuestas en mis sueños y yo estoy a tu lado, se me escapa a veces una caricia y tú no dices nada, se me escapa un suave beso y tu lo respondes.


Nuestra cercanía se convierte en distancia; todo es un sueño, un deseo, una fantasía, vivimos en el siempre, en el nunca.

Comentarios

Entradas populares