Laberintos de Sol



Caminos cortos,
caminos largos,
siempre un laberinto, 
un juego sádico
que nos autoinfligimos.

Al abrir los ojos
nos preparamos para entrar,
ciegos nos adentramos
como si amáramos el encierro;
circulamos sin llegar,
siempre es el mismo lugar.

Laberintos indescifrables,
llenos de Sol,
llenos de Luna;
caminamos en aparente libertad,
siempre el mismo lugar
repitiéndose sin parar,
imagen sofocante
que encarcela mis sentidos,
repitiéndose sin parar.

Regresamos del viaje
destino a ningún lugar,
parpadeamos ante esa imagen
y al cerrar los ojos
nos devora la oscuridad.

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